Sunday, July 30, 2006

Sin Sentido II

Yo elegí vivir en el país de nunca jamás, para que mi alma se mantuviera tan pequeñita que te la pudieras meter en los bolsillos.

Cuando no estés, pintaré cada una de mis lágrimas de un color, para jugar con ellas mientras vuelves, y cuando lo hagas, se romperán en mil pedazos y teñirán el cielo del color de tus ojos.

¿Cómo podría expresar todo lo que siento por tí? Las palabras se me quedan pequeñas y se hunden en mi pecho mientras mi corazón se desboca con tu recuerdo.

Quiero quererte o morir.

Tuesday, July 25, 2006

¿De que color son tus ojos?

No podría definir el color de tu mirada, pero seguro que tienes un cachito de cielo pegado a tus pupilas.

Me tomé la libertad de coser mi alma a la suela de tus zapatos para que no volviera a escaparse. Y si se escapa, confío en que la encuentres y la guardes entre tus brazos. Porque sólo en tu pecho yace el hogar de mis lágrimas, y sólo en tus manos la voluntad de secarlas hasta hacerlas desaparecer.

Deja que tu luna ilumine mis noches oscuras y llenas de polvo. Para poder despertarme con una sonrisa sobre tu pecho. Para no volver a soñar con estaciones de tren que me separen de tus labios y me hagan llorar, desprotegida al no encontrar mi lugar entre tus brazos. Otra vez.

Siento ser tan pequeñita como mis deseos, pero mi corazón enterrado entre espinas de metal no hace más que pedirme que lo cuides y lo protejas como si de algo valioso e importante se tratara.

Monday, July 24, 2006

Sin sentido

Los angeles nunca serán los mismos cuando dejes de volar
Nunca pensé que podía echarte tanto de menos
En este viejo callejón los sueños están muriendo
Porque tus manos no los sostienen
Como los paños de lágrimas
que nunca estarán secos
Escapa con mi corazón
Estaré esperándote

Friday, July 07, 2006

Me haces sentir tan vulnerable y pequeñita como una niña.

Quiero que me tumbes en la cama y me quites los zapatitos de cristal, porque no los necesitaré si te quedas a mi lado, y ya que estás, quítame hasta las pestañas, pero a besos.

Quiero arañarte hasta que grites, y que me muerdas tan fuerte que hagas que me retuerza, pidiéndote que vuelvas a hacerlo hasta que no te queden fuerzas.

Quiero que hagamos el amor, porque al sentirte dentro de mí me siento realmente completa, porque tus gemidos rompen los frasquitos de cristal de mi estómago y liberan mil mariposas, porque se me quitan las ganas de llorar, porque quiero que mueras de placer y revivas entre mis brazos.

Quiero vivir en Réquiem contigo. Porque Réquiem está entre tus brazos.

No dormiré agusto hasta que tu corazón no me cante con sus latidos y tus manos me acaricien hasta que se duerman...