Tormenta de sensaciones opuestas

Una noche para componerte la canción más bonita del mundo sobre algo tan frío como las teclas de un piano.

Te necesito y me dueles

Si no me abrazas rápido, se romperán mis ojos en un mar de lágrimas.
Porque eres mi bendición y mi maldición.
Quien me desvela y quien me da fuerzas para despertar.
Por quien no vivo, pero quien me da la vida con una sola palabra.
Dime a qué llamas Dios si no es a eso.
No debo amarte tanto, pero te mereces más
Y me dejas perdida en esta tormenta de sensaciones opuestas que no me llevan más que a sentir el ardiente deseo de volver a encontrarme entre tus brazos.


(Siento haberte despertado siendo tan tarde. Pero la culpa es tuya por tener una voz tan bonita... Y encima me lo agradeces.)

Untitled I

Dispuesto a demostrar que la distancia no es el olvido
Y si no, nos metemos en la cama, que es donde mejor se está cuando llueve

Pues que llueva eternamente.
Para vivir escondida entre tus sábanas, donde las estrellas se confunden con el horizonte, donde no existe la gravedad que me ancla a la realidad que marcan las agujas del reloj.
Porque no hay nada mejor que dormir sobre tu pecho cuando me acaricias el pelo y me susurras esas palabras tan tiernas.
Me puedes. Con una sola mirada.
No te vayas nunca.
O moriré.
Te amo.

Despedida IV

Me tiemblan las piernas. Como si el corazón se me hubiera escurrido hasta los tobillos, pero el alambre de espinos que lo ata a mi pecho impide que se escape contigo. Las palabras luchan por salir de mis labios, que se mantienen en silencio, a la espera de que mis ojos lo digan todo. No te vayas, por favor. No puedo evitar pensar en la soledad de mis noches, Hasta que vuelvas. Si vuelves a morderte el labio inferior no podré parar. Tu voz me despierta del paraíso que guardas en tus ojos. Me abrazas, me besas, me mimas, me dices que no quieres irte... Vete. Pero llévame contigo.

Me duelen hasta los calcetines . Si cada vez que lloro te vas a poner así de tierno, lloraré todas las lágrimas del mundo, pero cuando tú no estés.
Dios, Te quiero. Quiero contarte todos mis cuentos, para que me los susurres al oído antes de irme a dormir. Quiero estar contigo... Siempre. Por favor, Siempre. No me hagas daño. Sé que pido mucho, pero cuídame, que soy pequeñita y necesito crecer.

Y llega la oscuridad sin tu sonrisa, ni tus ojos, ni el brillo de tu pelo. Y sólo veo tu mano en un cristal que se aleja. Y derepente me siento incapaz de sonreír. Volverás... ¿Verdad?.

Réquiem

Dentro de la oscuridad y las aguas turbias
Me miente el parpadeo del fuego de la esperanza.
¿No es maravilloso? Mi realidad. Tal y como la veo.
Como un pájaro dorado que vuela libre dentro de una caja de cenizas.
Como un jardín de rosas rojas, infinito ante mis ojos, pero con un ignorado fin.
¿Adonde me llevarán tus alitas esta noche?
Tal vez, ¿A la pared de mis lamentos y limitaciones?
¿O al ocaso del dolor que nunca dolió en mis ojos?
Gracias por vivir en Réquiem.